Patrullaje por la noche (libre)

Era de noche y todo se veía muy oscuro debido a que solo había una luz muy débil de un farol yo me encontraba caminando por las calles pero no por cualquier calle, estaba caminando por el lugar más peligroso de Neoverona donde se podía encontrar ladrones, matones, locos, protitutas y asesinos a montones, los barrios bajos. Cualquiera que se encontraría caminando por ahí estaría volviéndose loco con el miedo invadiendo sus pensamientos, haciéndolo temblar de pies a cabeza, sudando del nerviosismo y corriendo como si la muerte lo estuviera persiguiendo porque es verdad en ese lugar la muerte te esta persiguiendo. Pero ese no era mi caso yo no tenia ni el mas mínimo miedo y estaba caminando muy tranquilamente con las manos en los bolsillos y la mirada al frente por que justamente estaba buscando problemas que solucionar, estaba muy ansioso por vivir algo emocionante y ahí seguro que sucedería algo.
Sabía que mi amigo Odin vendría también, él es mi compañero de aventuras que se disfraza y se hace llamar torbellino rojo. Desde hace un tiempo que salimos por las noches para ir a donde quiera que se necesite a un par de héroes. Así que estaba muy ansioso por que llegue para ver que emocionante misión tendríamos hoy.

Nunca llegaba tarde a una cita con Antonio y esa no sería la escepción por lo que rapidamente tome mi disfraz del Torbellino Rojo y escape del Teatro sin que nadie se diera cuenta, despues de la cena.
Corrí rapidamente y con agilidad por los techos de las casas pobres de Neoverona, para así tener una mejor visualización de la zona y además, para mantenerme semi-oculta de los mirones intrometidos.
Buscaba con la mirada a Antonio cuando llegue a los Barrios Bajos y me detube abruptmante, recordando que yo ya habia estado allí antes y me habia perdido, pero gracias a ese chico de nombre Tebaldo había podido regresar al teatro. Miré a la distancia con mi vista perdida en el cielo estrellado y con una fresca brisa haciendo ondear mi capa y sombrero.
Realmente ese chico habia descubierto mi verdadera identidad cuando nadie antes lo habia hecho, ni si quiera Antonio era conciente de este hecho y eso que teniamos conviviendo el uno con el otro toda la vida.
Un movimiento a mi derecho que alcancé a dislumbrar por mi rabillo del ojo me trajo al presente y miré a la distancia la silueta de mi amigo, por lo que rapidamente comence a correr de un techo a otro para despues dejarme caer desde el techo de unas cosas al callejón donde Antonio estaba, cayendo justo enfrente de él en cunclillas. Me puse en pie y eché mi capa hacía atras, mirando a Antonio con una sonrisa.
-¿Alguna novedad?

De repente salto de la nada un hombre con, un antifaz negro, un sombrero y una capa de escarlata, con la ropa del cuello hasta la cintura del mismo color y con unos pantalones blancos. Era mi amigo, Odin, disfrazado del Torbellino Rojo. Me entusiasme un montón porque ir con un tipo vestido así me hacia sentir heroico, además sabia que ahora comenzarían las aventuras y peleas y también porque tenia ganas de mostrarle la idea que se me había ocurrido.
-Ah si, ¡Tengo algo que mostrarte!-…Le respondí muy enérgico cuando me pregunto si había alguna novedad.
Saque de mis bolsillos una herramienta a base de un palo de madera que se dividía en dos en la parte de arriba y en cada una de las dos puntas estaba atado un pedazo de goma larga y fina que se conectaba con un trozo de cuero. Era una resortera.
-Puedo usarla para apuntar mejor y disparar mis bombas de humo a una distancia mucho más larga.-...Comente
Me gire, dando media vuelta y de una bolsa que tenia colgada en el costado izquierdo del pantalón saque una piedra y la coloque en el cuero de mi nueva arma para estirar la goma y soltarla y así disparar la roca, que salio volando con una fuerza mortal y a una velocidad sobrehumana.
-Y también me sirve para lanzar piedras como proyectiles cuando los enemigos pierden la visión por las bombas de humo-…Le comente después de disparar.
Luego de mostrarle la resortera, me gire para ver a Odin. Estaba muy ansioso por saber cual era la opinión de mi compañero, sabia que él tenía idea de lo que me podía ser útil y de lo que no y además de que me daría muy buenas sugerencias.
-¿Qué te parece? ¿Va a servir para nuestras peleas?-…Le pregunte muy entusiasmado.

Ladee la cabeza con curiosidad cuando me dijo que tenia algo que mostrarme
-¿Qué cosa?-pregunte con interés para despues arquear las cejas con sorpresa al ver lo que sacaba y me enseñaba su manejo y las cosas que podía hacer con él-Vaya... así que eso hace una resortera-la verdad que no tenia conocimientos de ellas y dudaba mucho que fuera un arma para una guerra, sin embargo Antonio era muy ingenioso y podía crear cualquier cosa útil
Cuando terminó de darme toda su explicación le sonreí con cariño y pose mi mano en su cabeza para despues alborotarsela con suavidad
-Claro, me parece una idea genial.... debemos valernos de cualquier recurso para ganar esta batalla contra los Montescos despreciables-le dije antes de voltear a ver a mis espaldas y ver a la distancia, entrecerrando los ojos
-¿Crees que esta noche este movida?-y sin esperar respuesta de su parte comencé a caminar callejón adentro con paso lento y calmado, sin poder sacarme de la cabeza a Tebaldo... ¿Estaría él por aquí? Si algo malo pasaba....¿Volvería a rescatarme como ya lo habia hecho con anterioridad?-Vamos-le dije a Antonio, decidida a no pensar más en ese extraño y pintoresco personaje de los barrios bajos y que había descubierto mi identidad sin que yo se lo hubiera dicho.

Me puse contento al ver que a Odín le gustaba mi nueva herramienta, algo que se me notaba un poco en la cara sonriente y los ojos brillosos. Estaba orgulloso de mostrarle mi habilidad para esas cosas.
-Ja ja, si, tengo muchas ganas de disparar bombas directo a las caras a esos imbéciles-…Le respondí cuando menciono a los Montesco.
Luego me pregunto si la noche iba a estar movida mientras comenzaba a caminar tranquilamente adentrándose en el callejón.
-Desde que comenzamos con esto todas las noches fueron bastante movidas, soldados que oprimen al pueblo, hombres que secuestran mujeres para usarlas como prostitutas. Esto siempre fue un caos.-…Comencé a hablarle mientras él seguía caminando…-¡Pero nosotros siempre arruinamos los planes de esos malhechores!-…Le dije con mucha energía, pero al parecer estaba concentrado en otra cosa mientras seguía caminando…-¿¡eh!? ¿Me estas escuchando?-…Le pregunte al notar que estaba en otra.
Después lo seguí al oír que dijo: “vamos”, tuve que correr un poco por que ya estaba unos pasos adelantados pero logre alcanzarlo rápidamente y seguí caminando con él. Mientras recorríamos el lugar yo miraba a todas partes por que sabia que en el callejón podían salir ladrones, asesinos o secuestradores por cualquier lado, era un buen lugar para esconderse y luego aprisionar a las presas. Mientras observaba pensaba en que emocionantes aventuras podríamos meternos esta noche e imaginaba a diversos enemigos atacándonos y en eso me metí en una fantasía donde yo peleaba con todos ellos utilizando técnicas de combate extrañas para aplastarlos. Estaba ansioso por ver lo que se nos iba a presentar esa noche.

-Sí....-susurré quedamente ante su emoción y comentarios, podia escuchar lo exitado de su voz, sin embargo sus palabras en esos momentos eran totalmente incomprensibles para mí, pues estaba pensando qué habia hecho mal para que alguien como Tebaldo supiera mi verdadera identidad.... ni si quiera Antonio la conocía, y el era mi amigo de aventuras..... ¿Me habia estado siguiendo todo este tiempo? ¿Quien era en realidad Tebaldo? Me detube abruptamente cuando Antonio me pregunto si lo escuchaba y voltee a verlo incrédula-¿Decías?-suspire-Lo siento, ando con la mente en otra parte y sé que esta mal tener la guardia baja... cualquier cosa se nos puede presentar en estos lugares pero....-mi mente quedo en blanco y mi vista se fijo en un punto en particular del callejón, sin verlo realmente-Tengo una misión que cumplir, pero no tiene nada que ver con los Montesco..... es averiguar sobre el paradero de una persona, ¿Quieres ayudarme?
Averiguaría quien era Tebaldo, me costara lo que me costara.... sentía que ya que lo habia conocido, no podía deshacerme de el tan facilmente

Él se había disculpado por estar totalmente perdido en otro asunto, a mi me dio algo de risa verlo tan metido en sus pensamientos. Después me contó que tenía planeado buscar el lugar donde se encontraba cierta persona. En ese momento me empecé a entusiasmar más todavía. Me venían a la mente muchos tipos de personas que podría estar buscando Odín: psicópatas, secuestradores, locos, espías, gente con hobbies raros o tal vez… ¿un Ninja? Podría ser cualquier cosa y eso hacía que me vuelva loco pensando las posibilidades.
-¡Si claro que te voy a ayudar!-...Le dije.
Tenía muchas dudas y me resultaba muy misteriosa la forma en que me hablaba por lo que la ansiedad me hizo enloquecer, lo que logro que dirija mis manos hacia los brazos de Odín y lo sacuda con mucha fuerza mientras que lo interrogaba para sacarme las preguntas de la cabeza lo más pronto posible.
-¿Quién es? ¿Por qué lo estamos buscando? ¿Qué es? ¿Qué tiene de especial? ¡No seas tan misterioso! ¡contame! ¡contame! ¡contame!-… Le ordenaba con mucha energía mientras lo tiraba de atrás hacia adelante con mi frenética sacudida que iba aumentando cada vez más de velocidad.

Sonreí ante la respuesta afirmativa de Antonio, ya sabía yo que nunca le decía no a una aventura y ciertamente sí que lo era esta, pues tenía suspenso y se trataba de un sujeto que por lo demás... no sabíamos con quien estabamos tratando. Pero ya lo avergiguariamos.
Comenzó a jalarme y a emocionarse más de la cuenta, su voz estaba exitada y era en esos momentos cuando comprendía a Curio por tratar a Antonio como de niño pequeño. Lancé en suspiro y mi rostro se volvió resginado.
-Espera Antonio... llamarás la atención si sigues portandote así-trate de recliminarle, ¿Pero a quien engañaba? Si mi traje no llamaba la atención, nada más lo haria-Primero tenemos que poner las cartas en la mesa... Solo se que se llama Tebaldo y lo vi por estos alrededores, hace poco días-decidí no hablar de más pues no deseaba que Antonio se enterará que yo era mujer, y la verdadera razón por la que queria buscar a Tebaldo era porque sabía cosas de mí que ni si quiera mis seres mas cercanos sabían-Me pareció un.... un tipo interesante, pero no hagas más preguntas-atajé, mantiendiendo el misterio que sabía, llamaría la atención a Antonio. De repente, entre las sombras dislumbre un rapido movimiento por el rabillo del ojo. Me puse en guardia y no pude evitar mostrar mis colmillos de forma amenazante, al tiempo que llevaba mi mano a la empuñadura de mi espada por si acaso-No estamos solos....-le murmuré a Antonio-Prepárate-podía sentirlo... habia alguien al fondo del callejón, entre las sombras.... ¿Algun guardia Montesco o un simple borracho?

Solté los brazos de Odín y deje de sacudirlo cuando me dijo que llamaba la atención. Y luego comencé a escuchar sus respuestas. Al parecer él no quería hablarme detalladamente del tema, lo único que me había contado era que buscaba al tipo solamente por que le resultaba interesante. Todo se volvía cada vez más intrigante ¿Un tipo lo suficientemente interesante como para perseguirlo? ¿Mí compañero se niega a hablarme más sobre él? Parecía toda una historia de misterio.
De repente escuche su voz diciendo que no estábamos solos y en ese momento saque mi resortera, la cargue con pequeñas bombas explosivas y apunte hacia adelante donde se veía el fondo del callejón. Mientras que mostraba, orgulloso, mis brillantes colmillos con una sonrisa entusiasmada que podría ser interpretada por una sádica, pero en realidad esa sonrisa demostraba mi emoción por la aventura que podría llegar a suceder y no por el sufrimiento que le podría causar a otro. Sin embargo no solo mostraba mis dientes por eso sino por que también tenía que hacerlos lucir para todo aquel que quiera atacarnos. Y prepararme para usarlos en su contra, al igual que Odín. Me mantuve en esa posición amenazante y espere a ver que saldría de allá al fondo

*Llevaba todo el día custodiando la zona... dentro de todo parecía tranquila... Al parecer hoy el sanguinario gobernante de NeoVerona, se había tomado una saludable licencia de sus acostumbradas cacerías... Tenía tantas preguntas y sensaciones dándome vueltas en la cabeza que sencillamente prefería dejarlas de lado... Y no solo en relación a Montesco... Toda esta nueva historia de Dialus, la reaparición de Vitanya, el encuentro con "el Torbellino Rojo"... la aparición de Lionato con vida... Pero debía dejar todo ese tipo de cosas que nublaban mi juicio, de lado... tenía un deber, una causa superior... una responsabilidad con las criaturas de esta ciudad... y fallarles no era una opción...
Seguí andando, sobre el lomo de Lutero con el paso sigiloso... hasta que me detuve súbitamente... Allí estaba Julieta con su habitual compañero de aventuras... seguramente él no estaría al tanto del secreto de Odín... así que, en el peor de los casos, guardaría prudencia al respecto... Descendí del lomo de mi noble corcel, amarrando sus riendas a una barra de hierro de aquel solitario callejón por el que circulaba... Al observar a Julieta, todos esos pensamientos que mantenía apartados, por mi propia estabilidad psicológica, recrudecieron... no pude evitar pisar una pequeña rama, que se partió... Apenas sí, crujió con suavidad... pero en la silente sublimidad de aquellas tinieblas, hasta un suspiro podría haber roto la eterna quietud de la noche... Mis dos "acompañantes involuntarios" se pusieron en guardía de inmediato... Fue casi divertido ver como sus colmillos afilados, prácticamente recibieron un destello de la luna, al mostrarse amenazadoramente en mi dirección... Y luego... el muchacho enseñó una pequeña arma que parecía una honda... Sonreí de lado ante tal inminente conminación... Con tan pocas cosas que podían infingirme algún daño en este mundo, seguramente ESA no era una de ellas... pero no estaba seguro de que debiera mostrarme... Sin embargo, no quería parecer un peligro para ellos... ni mucho menos ser descortés... por lo que solamente alcé mis manos en señal de rendición y me aproxime con el paso quedo, hacia ellos...*
->Pueden deponer hostilidades... vengo en son de paz... *les murmuré con una sonrisa, levemente socarrona*

Bien..... esto cada vez se estaba volviendo más dramatico de lo que una chica cualquiera podía soportar. Mire con el ceño fruncido a la sombra que poco a poco se acercaba, haciendo que la luz de la luna lo iluminara con cada paso que daba y no pude evitar abrir los ojos levemente por la sorpresa al reconocer al dueño de aquella voz.
-Tebaldo....-musité brevemente al tiempo que dejaba resbalar mi mano de la empuñadura para que cayera inerte sobre mi costado, sin poder desviar la mirada de este-¿Qué haces aquí?
Sabía que Antonio estaba a un lado mio, y sabia que conociendo lo imprudente que era, luego luego saltaría diciendole que el era la persona que yo buscaba... provocando que los labios de Tebaldo se curvaran en una sonrisa cinica y burlona... y queria evitarme esa verguenza, pero no podia reaccionar... no en ese momento

¡No entendía nada! Apareció un sujeto extraño que parecía ser de la gente que vivía allí, en los barrios bajos. Pero no aparentaba querer robarnos ni nada sino que “venía en son de paz”. Claro que era muy sospechoso que el hombre fuera uno de esos que te dicen un cuento y después te engañan para secuestrarte o robarte. ¿Estarán los Montesco contratando caza-recompensas para atrapar al Torbellino Rojo? Bueno esa era la clase de pensamientos que recorrían mi cabeza mientras observaba al extraño, hasta que Odín lo llamo por el nombre de: “Tebaldo”. Y es exactamente esa la parte que me confundió enormemente. Primero decía que íbamos a buscar a alguien del que no me quería hablar y ahora aparecía un sujeto extraño que él conocía, al parecer se juntaba con mucha gente y no me decía nada de nada. ¿Esto se debía a que tenía algunos años más que yo y me consideraba un niño? Si era así, ¡Yo no lo iba a permitir! Era su compañero de aventuras y para mi eso era considerado como un trato entre hombres. ¡No podía ser que mantenga tanto misterio conmigo! ¡Y menos por creerme poco maduro para ese tipo de cosas! De repente me agarro el ataque de nuevo y tome las orejas de Odín para estirárselas fuertemente, sacudir su cabeza de arriba hacia abajo y comenzar a gritarle.
-¿¡Por qué no me decís nada de este señor ni del otro que estas buscando!? ¿¡Por qué tanto misterio si soy tu compañero!? ¿¡Qué esta sucediendo!?- Le pregunte violenta y desesperadamente.- ¡Contame! ¡Contame! ¡Contame! ¡Contame! ¡Contame! ¡Contame! ¡Contame! ¡Contame! ¡Contame!- Le gritaba sin parar de repetir la misma orden.
Estaba impaciente debido a tantas dudas.

*Mis ojos se abrieron como el dos de oros, cuando vi al pequeño vampiro ser víctima de una especie de ataque de histeria... Joder! si fuera un lycan, bien podría haber pensado que había contraido la rabia... siendo su especie, se podría deducir que había bebido la sangre equivocada o sencillamente no estaba muy sano de su joven cabecita... Como sea, estaba zamarreando al Torbellino, como si él prácticamente fuera de hule... eso no podía ser bueno... si su peluca caía, no es como si el muchacho fuera a diezmar su rabieta... sino que sería un vampiro hiperquinético, con un buen manojo de preguntas y un nivel de perturbación importante... no era una sana combinación...*
-Ehh... *realmente, muy pocas veces me había sucedido, no saber como reaccionar, pero ahora mismo estaba en blanco... no sabía lidiar con niños... mi último contacto directo con uno, había sido con Vitanya hacia largos años... Suspiré extendiendo mi mano hacia el muchacho, posándola sobre su hombro...* tranquilo... si lo sigues sacudiendo, dudo que tenga cabeza como para explicarte algo... Con respecto a mi, descuida... él tampoco sabe mucho sobre quien soy... Solo nos hemos cruzado una vez... y al parecer no pensó que fuera muy trascendental, nuestro encuentro, como para comentartelo...

No podía reaccionar, aun no salía de mi asombro de ver a Tebaldo allí frente a mí, tragué saliva, sintiendome repentinamente seca y hambrienta sin saber el motivo. ¿Habría escuchado que lo estaba buscando? Tenía orgullo, y el que este hombre supiera que tengo cierto interés por el sería un golpe muy fuerte a mi ego.
De nuevo quede en shock... pero esta vez por culpa de Antonio que me zangoloteaba y tiraba de aquí para haya... incluso podía escuchar el sonido de crujidos: si, mis propios huesos se quejaban de movimientos tan bruscos. Miré a Antonio amenazadoramente mientras le instaba a callar con un bajo pero violento "chist". Miré de reojo a Tebaldo, quien al parecer estaba tan shockeado como yo por la conducta de Antonio y le dirigí unas disculpas con la mirada.... al menos yo si estaba acostumbrada a las reacciones casi violentas de Antonio... definitivamente este chico no servía para el suspenso.
-Quédate quieto Antonio.... prometo explicartelo todo cuando no haya...-me aclare la garganta, le lanzé una fugaz mirada a Tebaldo antes de poner de nuevo mi atención en el chico y susurrar-cuando no haya público entre nosotros.
Le dedique una clara indirecta de que "ese" sujeto frente a nosotros era el sujeto que yo andaba buscando... pero era tan impulsivo y despistado a la vez que de seguro no captaría el significado de mi mirada.
-En serio Antonio; no te oculto nada-¡Ja! me ganaría el infierno por tal mentira...-es solo que no puedo hablar en este momento, ya te aclarare todo en otra ocación-le prometí con voz queda, alborotandole sus oscuros cabellos antes de concentrarme en el sujeto que estaba frente a nosotros-¿Se puede saber que haces aquí?

Los dos sujetos tuvieron que esforzarse un poco por tranquilizarme, ¡Incluso hasta recibí un fuerte cachetazo, de Odín, que me dolió un poco. Ambos afirmaban que Julieta no me escondía absolutamente nada pero eso solo me hacia pensar que me estaban ocultando algo entre varias personas ya que estaba ese tipo y también el otro que buscaba mi compañero. ¿Se tratara de una organización?. No obstante, Odín me hizo una especie de señal hacia el hombre. Lo único que se me ocurría que podría significar era que el que buscábamos había aparecido enfrente de nuestras narices.
El torbellino le pregunto al hombre que hacía en ese lugar. Estaba de acuerdo con hacerle esa pregunto pero mi sed de respuestas no terminaba ahí así que antes de que pudiera responder yo dije:
-Si, ¿Qué estas haciendo acá?, ¿Quién sos exactamente? ¿A que te dedicas? ¿Qué relación tenes con El Torbellino Rojo?-
Lo bombardeé a preguntas muy rápidamente, como si de un verdadero bombardeo se tratara, ya que no tenía idea de quien era él ni de lo que hacia con mi compañero y, a pesar de que ellos me querían calmar, yo tenía que estar al tanto debido a que no podes conversar con una persona si esta no sabe nada de nada. ¿O tal vez trataran de excluirme del tema por que me veían pequeño? ¡No les dejaría hacer eso! Yo era un adulto y, si o si, tenía que estar al tanto de todo sin que nadie me oculte nada.

*Intenté responderle a "Odin" pero qué iba a decirle? No iba a creer que era una coincidencia... nadie creía en las coincidencias... y la otra opción era mentirle y decirle que la estaba siguiendo... bien... iba a quedar como un acosador... en hora buena! Vacilé un segundo, pero repentinamente me vi interrumpido por una estampida de preguntas por parte del muchacho... Creo que agradecí la primera, por salvarme de dar una excusa... pero decididamente, todas las consecuentes solo sirvieron para que la vena de mi sien palpitara... Quizás no tenía relaciones fraternales con los niños, aunque decididamente me agradaban... pero este... este estaba haciendo que la palabra irritante, cobrara un significado nuevo...*
-A ver si mi memoría puede recapitular todo... *le dije al joven* Estoy haciendo mi trabajo, lo único que necesitarás saber de mi es que mi nombre es Tebaldo, a qué me dedico es un asunto prácticamente solo d emi incumbencia pero puedes considerarme un aliado y finalmente no tengo ninguna relación con tu compañero... pero digamos que lo estimo por lo que hace por esta ciudad... *suspiré, ahora dedicando mi atención a la joven enmascarada que aparentaba ser un hombre...* y con respecto a tu pregunta... solo estaba paseando, cumpliendo con mi deber... y los crucé... no es dificil en esta zona... digamos que siempre estoy aquí... pero qué hacen ustedes por este lugar? Creo que esa pregunta, tiene bastante más sentido... *le dije clavando mis ojos en los suyos... después de todo, la única vez que ella había pisado este sitio era solo porque se había extraviado...*

Lo miré aunque no pude evitar poner mis ojos en blanco cuando Antonio salio con todo su interrogatorio. Tipico en él, ser tan desesperado y curioso. Pareciamos de la guardia de los Montesco en lugar de simples chicos que nos dedicabamos a ayudar al pueblo. Dejé que Tebaldo respondiera las preguntas de Antonio, aunque parecia realmente molesto por ello y no pude evitar reir disimulando con un leve ataque de tos. No deseaba ver a ese hombre como padre.
Cuando al fin me respondio, lo miré de soslayo y ahora fuí yo la que me enfade. ¿Porqué siempre era así?
-¿Ves a lo que me refiero Antonio?-le pregunte, ignorando la precensia de Tebaldo olimpicamente-Solo necesitas saber que es Tebaldo y que es una especie de Aliado, pero preguntale por todo lo que has hecho en el ultimo mes y te responderá con todas las actividades punto por punto-lo mire con odio en los ojos a Tebaldo y apreté los puños con fuerza.
Era por eso que yo deseaba saber de el, averiguar sobre su pasado o cualquier informacion de importancia, pues no soportaba que un total desconocido para mí supiera cosas tan importantes de mi vida.
Después le explicaría a Antonio sobre todo lo que tenía planeado.
-Pues nosotros también hacemos nuestro deber-le dije altaneramente, alzando la barbilla con orgullo y esperando a que me preguntara de que deber se tratara para poder mandarlo por un pequeñiiiiiisimo tubo.

Por el momento decidí confiar en las palabras de Odín y de Tebaldo, no parecía que tuvieran algo demasiado oculto. Tal vez se habrán cruzado un par de veces en el mundo de la lucha por la justicia. Pero bueno por ahora no podía investigar mucho sobre el asunto.
Ya me parecía hora de comenzar el patrullaje así que decidí invitar al sujeto para que venga con nosotros, después de todo tenía el aspecto de ser un vagabundo rudo que se paseaba por esos lugares en busca de problemas. Así que podría ser divertido llevarlo, pero primero le iba a contar una graciosa observación que había hecho.
-Che.- Le dije llamando su atención. – Ese nombre es demasiado elegante para vos que pareces ser un loco que se la pasa peleando. Te convendría más un nombre de vagabundo, como por ejemplo: Trancos.- Comenté con un tono que exageraba lo dicho y a la vez lo volvía gracioso pero no mucho en son de burla ya que a mí siempre me gustaba la idea de ir a meterse en problemas y combates, pero en fin los distraigo mucho con mi charloteo mejor les cuento como continué la conversación. –Venite con nosotros a combatir a los seguidores de Montesco, que va a ser divertido.- Le ofrecí inmediatamente luego de hablarle sobre su nombre y su aspecto.
Después dirigí mi mirada hacia Odín para comenzar a planear sobre el patrullaje de esa noche.
-Tenemos que revisar todo el lugar (Refiriéndome a los barrios bajos) para fijarnos si alguien necesita nuestra ayuda.- Le dije. –Capaz que hoy pasa algo ¡Apurémonos!-

*La sien empezó a palpitarme... La actitud infantil de ella distaba de la de él... pero aún así la encontraba irritable... Sin embargo, la Diosa me había bendecido con el don de la paciencia extrema... y no sería el día en que dos niñitos la liquidaran... si tenía paciencia para Vitanya... la tendría pare ellos... Respiré hondo, negando con la cabeza ante la apabullante estampida de palabras de Antonio... Pero cómo rayos?? Acaso el niño funcionaba por retroalimentación de alguna fuente de energía externa, desconocida? Cómo hacía para hablar sin pausas entre sus oraciones y no quedarse sin respiración... bueno... decididamente tenía unos pulmones que envidiarían los tenores de la opera... pero esto lindaba en lo ridículo... Y... me acabab de llamar malviviente o era mi impresión? Qué clase de nombres me estaba atribuyendo? Vale... tomaría aire profundamente y respondería con toda la diplomacia de la que fuera capaz...*
-Lamento declinar tu oferta, muchacho... pero trabajo solo... De todos modos descuiden... estaré para ayudarles en caso de que se metan en más problemas... *sonreí con soberbia mientras pasaba de largo de ellos, intentando simular el hecho de que los estuviera "siguiendo" de alguna manera... Continué andando a largas zancadas, perdiéndome en la oscuridad de las tinieblas de la ciudad... después de todo no parecía que estuvieran corriendo peligro inminente...*

No pude evitar sonreír disimuladamente por toda la zarta de tonterias que estaba diciendo Antonio en estos momentos. Sencillamente, un hombre normal ya hubiera hecho barbacoa con el cuerpo del chico lo cual me llevaba a preguntarme el porque este llevaba tanto tiempo vivo, con esa bocota que se votaba.
Miré de soslayo a Antonio cuando invitó a Tebaldo a participar en nuestro patrullaje.
-Definitivamente paso-exclame rapidamente antes de que alguno de los dos pudiera hablar y mire a Tebaldo de reojo con un toque asesino en mis ojos de color hazel. Lancé un suspiro cuando el tipo este declinó nuestra oferta, aunque rapidamente despues le mostre los colmillos con ira-Pues no necesitamos de tu ayuda, ni hoy, ¡Ni nunca!-le grite para hacerme oir mientras este se alejaba con paso tranquilo y despreocupado-¡Agh! ¡Eres un imbecil!-le miré su espalda alejarse al tiempo que mentalmente le deseaba las peores de las muertes antes de voltear a ver a Antonio-Vayamos a patrullar, tenemos que barrer toda la zona antes de irnos a otro lado-mascullé entre dientes al tiempo que comenzaba a caminar con grandes zancadas, demostrando asi mi malhumor. Pobre de Antonio... siempre me las pagaba cuando el no las debía, estaba comenzando a tenerle compasión.

Mientras caminábamos la actitud de Odín me resultaba extremadamente rara. ¿Quién podría enojarse y ofenderse a ese nivel por el simple echo de que ese tipo no quiera acompañarnos? Parecía ser que Odín había tenido problemas con él y por eso estaba enojado así. Lo mejor que se me ocurrió en ese momento fue comentarle acerca de su comportamiento.
-Che Odín, estas raro hoy. Yo se que ir a pelear contra los malos con nosotros dos es todo un honor pero es demasiado extraño que te enojes así solo porque ese tipo no quiera acompañarnos.- Le decía mientras lo miraba con una cara que demostraba muy claramente lo desconocida que me había resultado su actitud, como si se tratara de una criatura que nadie había visto antes.
-Acerca de nuestro patrullaje, creo que lo estamos haciendo mal. Tendríamos que ir saltando de casa en casa para poder ver bien si hay alguien que esta haciendo lo indebido o alguien que necesite ayuda.- Comente más tarde para luego dar un enorme salto hacia el tejado de un hogar y luego dar otro hacia delante y llegar hasta el siguiente tejado. Y así continuar el recorrido yendo a los saltos de casa en casa (Lo que me resultaba realmente divertido), a ver que me encontraba en el camino.

Seguí dando grandes zancadas, adentrandome más en el callejon y con Antonio siguiendome los pasos. Lo miré de reojo con mis ojos dejando en claro que no estaba para reclamos en esos momentos sin embargo, el chico que le urgía un bozal fue a abrir su bocota lo cual provoco que pusiera los ojos en blanco y bufara por lo bajo.
¿Que le podia decir al respecto? "Estoy encabronado con este tipo porque sabe mas cosas que tu, como mi fiel amigo y acompañante de andazas, no sabe. Por ejemplo, el hecho de que soy mujer y me llamo Julieta... ¡Ah! por cierto! soy mujer...." Sonaba totalmente absurdo y Antonio no me hablaria... despues de la santa regañina que nos daría Conrad por eso, el habia dejado claramente: ¡Nadie debe saber sobre tu verdadera identidad! Los unicos que lo sabian era Cordelia y el... y quizas Francisco y Curio, pero no podría saberlo.
Puse los ojos en blanco nuevamente al pensar en este hecho y seguí caminando para despues mirar a Antonio nuevamente, que me estaba hablando y despues de un agil brinco se trepo a las azoteas. Hice yo lo mismo pero del otro lado de los edificios y le seguí el ritmo con facilidad y en silencio.
-No estoy molesto por el hecho de que ese estupido no nos acompañara-le dije como si nada, despues de andar unos 15 minutos en silencio-es solo que me molesta que se crea tan poderoso y a nosotros tan eclenques que vamos a necesitar su ayuda cuando nos metamos en problemas...-bufé por lo bajo y brinque a otro edifcio-Por cierto, ¿No crees que haciendo esto seriamos un blanco perfecto para los guardias del duque?