Investigando en los alrededores... (Libre...)

*Habían transcurrido ya varios días desde la última vez que había sabido algo sobre Lionato... Realmente cada día que pasaba me convencía más de que nunca lo encontraría... al menos, no con vida... Suspiré mientras me alejaba, cabalgando a Lutero, fuera de esa ciudad... necesitaba despejarme, salirme de mi mismo... invocar algo de paz... necesitaba un momento de descanso para que la bestia se relamiera sus heridas, hasta cauterizarlas... Dicho así sonaba tan fácil... Pero en el fondo de mi menta, sabía la verdad, Lionato había sido un sacrificio de mi causa... él había sido la carne de cañón de una bandera que no le correspondía... el peso de su vida, probablemente extinta, caía sobre mi espalda... Cómo se aprendía a sobrellevar eso?. Mientras esos pensamientos no me dejaban en paz, cabalgué hacia las afueras de Neoverona... me sentí repentinamente compungido por las condiciones de vida, aparentes, de las almas que moraban allí... La miseria, la pobreza, la decadencia... Así que esto había conseguido Montesco? Despojarlos hasta de su dignidad... Incluso repetir su nombre en mi mente me causaba malestar... saber que su sangre corría por mis venas, ni decirse... Era más nauseabundo de lo que podía siquiera explicar... Pero así era... yo era su bastardo... y me sentía afortunado de eso... de que jamás me reconocería como una parte legítima de su descendencia, pues despreciaba completamente haber sido engendrado por su maldita existencia... Continué adentrándome en esos territorios... intentando imaginar lo que sería de este lugar si un gobernante justo y piadoso ostentara el poder de Neoverona... alguien digno de esgrimir tal compromiso...*
-De todos modos... tú no eres tan distinto de él... *me murmuré a mi mismo... Leartes era un monstruo, sin lugar a dudas... Pero, qué era yo, sino exactamente lo mismo? La diferencia era que a mi nunca se me había dado su poder... El mero pensamiento de eso, se revolvió en mi interior... Y el pensamiento de Lionato, era suficiente como para maldecir mi existencia... Comencé a cabalgar más velozmente... Como si así pudiera escapar del destino maldito que me signaba... De repente quise maldecir... sacar afuera toda la rabia y la impotencia, de sentirme tan insignificante frente a lo que me estaba enfrentando... Por muchos aliados que tuviera de mi lado, moviéndose entre las tinieblas de la ciudad... sabía que no era rival para el gran soberano... Solo escoria... solo carne inútil que patearía, sin dificultad, hasta el séptimo infierno...
Llegué hasta un lago... empezaba a anochecer... Bajé de la montura de mi córcel... palmeando el costado de su cuerpo... él se relajó mientras se acercaba al lago a beber... Lo imité en lo primero... mirando mi propio reflejo en el agua... llevé mis manos hacia el espejo y las hundí... levantando agua en mis manos cóncavas para remojarme el rostro... intentando liberarme del sufrimiento que me estaba atormentando... tenía que recuperar la compostura y la seriedad que siempre me habían caracterizado... no podía mostrarme vulnerable ni derrotado... no ahora que sabía del pueblo, la tierra y las vidas sacrificadas que clamaban justicia, armonía y descanso eterno... Sabía que yo no era un heraldo de la salvación de esta tierra, pero mi vida no pasaría sin pena y sin gloria, sin hacer algo por ella y sus habitantes... Me tensé de pronto al sentir el aire quieto a mi alrededor, mientras los arbustos, detrás de mi se agitaban... giré sobre mi mismos, con una destreza propia de un caballero entrenado para la batalla, mientras desenvainaba mi espada, apuntando hacia los arbustos con el ceño fruncido...*
-Quién está ahí? Muéstrate si tienes valor o perece como el cobarde que eres... *le murmuré aguardando que apelara a su inteligencia e hiciera caso de lo primero...*

*Me tensé cuando vi a un lobo salir de entre los matorrales... Era extraño... usualmente no se acercaban a los humanos... o a aquello que tenía forma humana... por su puesto, yo, en esta forma, no conservaba ni un ápice de la bestia que realmente era... El animal ni siquiera reparó en mi... mejor... no tenía ganas ni interés mayor en hacerle daño alguno... envainé mi espada nuevamente, regresando hacia la orilla y sentándome allí mientras me abrazaba las rodillas...
Mis pensamientos volvieron a donde estaban antes... Yo estaba seguro de que en la casa Montesco se estaban moviendo fuerzas oscuras... cosas que nadie quería que se dieran a conocer...
Suspiré dejando caer mi cabeza hacia atrás mientras miraba de reojo al lobo cercano a mi...*
-Lamento haberte asustado, amigo... *le susurré, mientras disfrutaba la extraña calma de la noche*

*Bien... yo estaba comenzando a volverme, definitivamente loco... Cómo era esto de que el lobo me estaba llamando...? Vale... más loco estaba, porque realmente comencé a pararme para seguirlo hacia el bosque!
Le hice una seña a Lutero para que no se moviera de allí, mientras caminaba, alejándome de él... adentrándome en la espesura de los frondosos árboles... Avanzaba siguiendo al animal... de pronto ya no había más sonidos... solo el de las ramas y las hojas secas crujiendo bajo mis pies a medida que daba uno otro paso... No me sentía especialmente curioso... pero empezaba a preocuparme, seriamente, por mi estado mental... quizás la culpa, la presión y el stress al que estaba sometido, me estaban afectando demasiado... Porque, afrontémoslo... qué sería lo siguiente? Comenzaría a entender lo que los animales "decían". Caminé hasta que vi al lobo detenerse... No había nada muy especial en el lugar... era apenas un claro del bosque, iluminado por un tenue rayo de luna... Sin embargo la mortal tranquilidad del sitio, no podía presagiar nada bueno para alguien que estaba solo con un lobo... Puse alerta todos mis snetidos... si lo que quería era tenderme una emboscada, iba por muy mal camino... la vil criatura siquiera se soñaba, lo que yo era capaz de hacer...*

Sonreí mentalmente cuando mire por encima de mi hombro y descubrí que el pequeño Tebaldo si me seguía, con todo un poema escrito en su rostro... Perplejidad, curiosidad... y realmente se estaba debatiendo si estaba perdiendo la cordura o no.
Realmente divertido...
Seguí guiandole hasta llegar a un claro, en la mitad del pequeño bosque, donde los rayos lunares iluminaban magicamente el recinto. Llegue justamente en el centro donde la luz era más intensa y me gire a mirarle, el manteniendose en el linde de los arboles, entre las sombras... mirandome como si yo fuese su enemigo. Lo mire con intensidad por unas fracciones de segundo, con la luna y el viento como unicos testigos de lo que sucedía y de un rapido destello, me convertí frente a el en la mujer que era ahora. Con pantalones de chico, de cuero negro y completamente ajustados al contorno de mi cuerpo, unas botas tambien de chico del mismo cuero que la del pantalon y una blusa blanca de manga larga que tenia amarrada con un nudo por delante a la altura de mi ombligo, dejando al descubierto mi plano y pálido viente a la luz de la luna, el escote dejaba deslucir un poco de mi un tanto proporcionado pecho y tenia una cinta amarrada al cuello de cuero negro, completamente ajustada, mi cabellera dorada estaba totalmente suelta y abultada, caida como cascada por mi espalda y mis ojos de un verde intenso y leves destellos dorados (iguales a los que tenia como lobo) lo miraban con la misma intensidad con la que la miraba anteriormente el animal. Parecía como toda una pirata recien desembarcada de un bucanero. Una gruesa linea negra pintada en mis parpados y rodeando mis ojos acentiaba aun más mi mirada salvaje... y era lo que todo mi cuerpo gritaba: salvaje y ferocidad al limite. Sonreí ladinamente con mis labios totalmente pintados en un rojo intenso.
-Hola Tebaldo-musite burlonamente, esperando alguna reacción por su parte

*Fue como sin un mal rayo me partiera al medio... Sí... definitivamente había enloquecido por completo... Ahora mismo mis ojos y mi mente me estaban jugando una mala pasada... Estiré mi brazo intentando alcanzar la figura de la muchacha que se erguia frente a mi... Apesar del cambio en su físico y su semblante, había rostros que jamás se me olvidarían... había cosas que estaban tan clavadas en lo más profundo de mi alma, que no podría desenterrarlas ni con la redención de la Diosa... Sabía que no era real... sabía que debía estar alucinando y aún así... necesitaba hablarle... necesitaba cerciorarme de que realmente estaba comenzando a ver cosas que no eran reales...*
-Tú... *fue lo único que salió de mis labios... no podía distinguir si se trataba d euna pregunta o el comienzo de una frase que no tenía valor de continuar... Pero ciertamente fue lo único que pude musitarle, mientras temblaba como mi voz... por el horror de los años pasados ante el mero pensamiento del destino de Vitanya...*

Lo mire con aquella mirada fiera tipica en mi, aunque mi rostro demostraba una breve sonrisa ladina... mis ojos eran totalmente inexpresivos. Me acerqué a el con paso lento, pero sumamente decidido y firme mientras contoneaba levemente las caderas, dandole un aspecto fiero y a la vez elegante a mi manera de caminar... casi como la de un felino, sin embargo era toda una loba desde la punta de mis perfectos dedos hasta mi cabellera levemente rizada, alborotada y dorada.
Cuando llegue a su lado, le volví a sonreir como si realmente me diera gusto volver a verle tras tantos años, sin poder evitar que un leve matiz de burla asomara por mis rojos labios. Tomé su rostro entre mis manos, aprovechando su momentaneo estado de STAND BE y le obligué a mirarme directamente a los ojos, inclinando un tanto su bello rostro para con el mio.
-Si... yo, Vitanya....-musite muy quedamente antes de besar sus calidos y temblorinos labios... tenian un sabor y escensia indiscriptible... Me habia besado con medio mundo, pero nada parecido a lo que era besar a Tebaldo, el tenia una presencia completamente llamativa e imponente... una escencia que reclamaba atención y respecto... y que me encantaba. Ahora que habia provado su piel y sabor con mis labios, ahora quedaría dentro de mi su ser, algo natural en los de mi raza, "reconocer" a tus interlocutores de aquella manera, labios con labios. Ahora sabría donde estaría él, aunque fuera a mucha distancia de donde yo me encontrara.
Aunque claro esta, siempre mis acciones tenian doble intención y aquella no era la escepción, acune su rostro con mi mano derecha sin aun despegar sus labios mientras con mi mano izquierda levemente iba recorriendo su perfecto y musculoso cuerpo muy por encima, rozandolo levemente con las yemas de mis dedos por encima de la ropa hasta dar con su cintura... y con lo buscaba: el mango de su espada. La azí con fuerza al tiempo que me separaba de el bruscamente y tiraba de la espada para desenvainarla. Me distancie antes de que el pudiera darme alcance y arrebatarme su arma. Le sonreí burlescamente.
-Bien, ahora si podremos hablar como es debido... sin juguetitos que interfieran en esto; Tebaldo-repuse con voz galante y burlesca mientras recorria mis labios con la punta de mi lengua, al mencionar su nombre y jugueteaba con su espada, en una velada advertencia de que no intentara hacer algo estupido o lo dejaría peor que un colador.

*Me sentía básicamente perturbado... no sabía como reaccionar cuando se acercó... no tenía claro si era miedo o angustia, por los años que su supuesta muerte me había atormentado, por la veces que mi corazón se había hecho añicos ante su recuerdo... ante el dolor de su pérdida... sin embargo allí estaba ella... aquella niña con la que había crecido... aquella que había querido y añorado todos estos años... Mi pecho se comprimió... sentía como si el peso de un elefante se le instalara encima... se había convertido en toda una mujer... ya casi nada quedaba de la pequeña que yo había conocido... aquella cuyo recuerdo había sido prácticamente mi única compañia, en la soledad de mi existencia... Ese fantasma invisible a quien le había hablado cada noche, imaginando que escuchaba mis problemas y me brindaba consuelo.... Pero la mujer que caminaba hacia mi contorneandose con fluida soltura, no era ni de cerca la imágen que yo había conservado de ella... de pronto percibí su cercanía y me tensé... pero no podía moverme... no sabía si era el shock... o la angustia... Pero de repente algo se rompió... sus labios se posaron sobre los mios, y su lengua humeda me rozó, haciendo que un escalofrio indescriptible me desgarrara la columna... Cerré los ojos recreándome en su contacto... en la realidad de su presencia... Era tan real como el aire que respiraba... Por unos segundos no pude ni moverme, mientras sentía sus manos en mi cuerpo... y nuevamente la bestia se puso en alerta... Quizás demasiado tarde... pues ya me había desarmado... pero oirla fue lo que me desmoronó del todo... Sentir su frialdad y su falta de consideración... Me pasé el antebrazo por los labios mientras sentía una rabia visceral creciendo en mi interior... Algo andaba tan mal conmigo... siempre mantenía las situaciones bajo un control absoluto... mi temperamento, mis sentimientos... Pero esta vez algo en mi se había roto... Me habían arrebatado la ilusión de lo único bueno que había tenido en mi vida...*
-Suelta mi espada, Vitanya... jamás la blandiría contra ti... jamás te haría daño... Es lamentable que no puedas decir lo mismo... *escupí las últimas palabras, sintiéndome asqueado... todo en mi interior se revolvía causándome nauseas...* no puedo creer que todos estos años me dejaras creer que habías muerto... *negué con la cabeza, totalmente devastado por la desilusión...* Bien... no sé que quieras... pero no tengo por costumbre llevarme bien con los muertos... y la que yo conocí... murió hace mucho tiempo...

Lo miré, sonriendole secamente como una psicologa mientras el se desahogaba todo lo que quisiera y sin más, le lance la espada clavandosela de un certero golpe en la tierra, justo enfrente de él. Mire por un segundo como el mango de la espada se movia bruscamente hasta desminuir y despues fije mis feroces ojos en los de él, borrando toda clase de expresión en ellos.
-¿Sabes? A veces me dan risa los hombres como tú... totalmente sentimentalistas-puse los ojos en blanco e hice una mueca totalmente canina antes de volver a mirarlo con tanta intensidad, que incluso el animal más salvaje se doblaría ante mis pies... pero no mi Tebaldo-en lugar de ponerte estupido conmigo, deberías reeconciderar todo lo que me has dicho, porque te recuerdo que el unico que saco conclusiones respecto a mi muerte fuiste tu y nada más que tú... yo lo unico que hice fue salir de tu miserable existencia y por muerta me diste, ninguna piste te habia dejado que la pudieras relacionar con mi muerte, así que deja de lloriquear que con eso a mi no me vas a convencer-le espete completamente seca, desgarrando la herida que el ya tenia cerrada por mi ausencia-Bien, recapitulando... A ver Vitanya... ¿Que fue de tu vida?-imité de forma aguda su voz como si fuera el que le me estubiese preguntando eso, sin importarme ni un bledo lo que pudiera sentir o pensar-Veamos, despues de que desaparecí de la faz de la tierra, descubriendo lo que realmente soy... si, me aterré lo confieso-sonreí malevolamente al recordarlo-me sentía una total fenomeno... una niña rumbo a la adolescencia que se transformaba en perro cada dos segundos sin poderlo controlar... esta como para que cualquier cabrón se meara del susto... Así que allí tienes, el motivo por el que "desaparecí", y digo desaparecí porque nunca me fui de tu vida... solo al principio, despues de comprender que era normal lo que era y de controlar mi naturaleza, vivi los primeros 3 años de mi existencia totalmente como loba... y de esos tres años, los dos ultimos regresé a tu lado, velando que nada malo te pasará... velando lo que hacias, siendo digamos una imitación muy mala de tu "perro guardian"... pero tan ciego estas, convencido en lo unico que te importa que ni cuenta te diste de eso.... de todo lo que me reclamas, solo un año; el primero, fue el unico en el que realmente te abandone, despues de ese momento y desde ese momento, siempre he estado a tu lado, yo no tengo la culpa que seas un estupido al no darte cuenta-sonreí complacida mientras comenzaba a caminar de un lado a otro, como si disfrutara de mi relato-Sé muy bien lo que eres Tebaldo, tambien se muy bien para que y quien trabajas... pero sobre todo, se el porque trabajas-lo mire a los ojos en esos momentos, totalmente seria-¿Quieres la cabeza de Montesco? No te preocupes, ya somos dos... aunque he de decir que me encanta tu manera de manejar las cosas, teniendo a casi toda la ciudad de NeoVerona comprada y a todos los chicos malos del barrio bajo tabajando para tus ordenes... he de decirte que hay algo... una pequeña fuga que no te has detenido a conciederar y que ni creo que te importe-me detube abruptamente en mi paseo trivial y le encare, poniendo los brazos en jarra-¿Estas completamente seguro de que todos te son fieles Tebaldito?-una sonrisa burlona afloró mientras miraba su expresión, que era todo un poema-Lamento decirtelo... pero de todo tu sequito, un poco más de la mitad aproximadamente esta a mis ordenes... he de decirte que conozco mejores metodos para "ganarme" a las personas que el simple dinero Tebaldo-ladee la cabeza-Y si crees que este encuentro es una simple casualidad, te equivocas... todo esto ya estaba previsto, desde hace meses.... ¡Ah! Por cierto... tu chico este, el que te era tan leal y demás y que magicamente desapareció... y que obvio, diste ya por muerto-hice una mueca sin poder evitar la ironia-algo ya tipico en tí.... pues he de decirte que no esta muerto, así que deja de estar con esa larga cara-hice un leve puchero con mis rojos labios para despues mirarlo nuevamente con seriedad-Esta conmigo, despues de que fuera altamente herido yo lo recogí y lo tengo bajo mi custodia... no te preocupes, cuando este completamente sano y salvo, te lo regreso-sonreí-así que creo que todos felices y contentos... ¿No?-me encogí de hombros y le di la espalda, levantando el rostro hacia el techo y dejando que la hermosa luz de la luna llena me diera de pleno y mi expresión, solo por ese momento y fugazmente, se transformó en una sonrisa sincera, satisfecha y feliz.... con un leve toque melancolico mientras apreciaba la belleza de aquella que siempre sería mi señora-Por cierto...-susurré con mi voz cargada de emoción despues de unos momentos de silencio, dejando que el asimilará toda aquella información-Tenías razón en algo...-voltee a verlo por encima de mi hombro con la luz dandome de pleno y haciendo que mis ojos brillaran con emociones que dudaba mucho que el pudiera descifrar, pues ni yo sabía como analizarlas y canalizarlas-Aquella pequeña mocosa que conociste hace tanto tiempo... realmente murió, hace mucho tiempo....YO la asesine

*Gruñí presionando ambos puños... Mientras más hablaba, más se me revolvía todo internamente... todos esos años añorando a esta criatura,,, En qué había convertido a mi amiga? mi compañera? mi discipula? En un monstruo... ella lo había dicho... había asesinado a mi Vitanya, y nada me vinculaba con esta nueva mujer que era ella...*
-Ya acabaste de burlarte de mi estupidez? *musité sin siquiera fingir interés en mirarla... avancé desenterrando mi espada y guardándola con absoluta diplomacia en su funda... Suspiré y caminé enfrentándola hasta quedar hombro con hombro con ella, pero sosteniendo la vista hacia adelante... como si en algún sentido autista intentara comunicarme con ella...* no te bastaron todos estos años haciéndome creer o dejándome creer que estabas muerta... que ahora mismo permitiste que me pasara lo mismo con Lionato? Te tengo una noticia, Vitanya o quien o que rayos quiera que seas tú... mantente alejada de mis hombres y de mis asuntos... tú estás tan muerta como la chica que conocí y que asesinaste... elegiste ser una bestia... perfecto... ojalá puedas lidiar con tus desiciones... *le murmuré incrédulo de que ella fuera capaz de hacerme tanto daño... Y aún así... todo me hacía volver sobre sus palabras... Qué ella sabía lo que yo era? oh, sí... definitivamente podía imaginarse la bestia que era... pero no tenía idea de lo que era capaz... Qué me había cuidado y acompañado todo ese tiempo? lo único que me había acompañado había sido su recuerdo y la culpa de su perdida... si realmente me hubiera querido cuidar, jamás hubiera permitido que me sintiera así tantos años... y aún así... aún cuando intentaba odiarla y despreciarla por todo lo que me había hecho... por lo que me estaba haciendo... no pude evitar que una media sonrisa se curvara en mi mejilla... sintiéndome aliviado de que no hubiera muerto...* me alegra que estés con vida... *susurré casi imperceptiblemente mientras me seguía alejando hacia la espesura del bosque...*

Enarqué una ceja con total diplomacia, igual que el lo habia hecho al enfundar su espada y despues se puso hombro con hombro, el con la vista fija al frente de su lado, y yo con la mia al frente de mi lado. No pude evitar sonreir con sorna al escucharle decir toda aquella palabreria... tenia que ser hombre por una vez en su vida y aceptar las cosas tal cual estaban y no encerrarse en su burbujita de protección. Voltee a verlo por encima de mi hombro con una sonrisa burlona y seductora.
-Y vamos con lo mismo... parece que no escuchaste ni una sola palabra de lo que te dije... pero no me sorprende, eres tan terco como te recuerdo-sonreí, deleitandome con el dolor ajeno mientras me encojía de hombros elegantemente y le miraba marchar lentamente... con sus ultimas palabras resonando en mi cabeza, provocando que mi expresion se volviera solemne y seria. Escuché el ruido de sus pasos sobre la hierba, tenia bien oido; por lo que antes de que comenzara a perderse entre los arboles, alejandose de allí, dije con voz fuerte, y clara: -¡Detente!-mi voz sonaba autoritaria... y no estaba para bromas en aquella ocasión, siempre me daban fuertes dolores de cabeza cada vez que algo no salia como a mi plan. Estube segura que se habia detenido, pues ya no escuchaba sus pasos, sin embargo no se habia volteado a verme y yo tampoco lo voltee a ver por un largo tiempo, hasta que gire parcialmente mi cuerpo y le mire la espalda con mirada asesina... con la tipica mirada de una bestia que no se detendría hasta eliminar aquello que le provocaba peligro-Yo que tu no me iria sin escucharme... si no quieres que tu "Lionato" sufra las concecuencias de tus actos-amenacé

*Presioné los puños, gruñendo desde la garganta, detestaba cada palabra que destilaba venenosamente... De cualquier modo no podía herirme más, pero ni siquiera me giré a mirarla, ni me valía la pena...*
-A qué estás jugando Vitanya? es la vida de una persona, no un juguete, déjalo en paz y de paso déjame a mi tambi´ne, no necesito ni tus jueguitos psicópatas, ni tu lástima ni nada que venga de ti... dime de una maldita vez que quieres y deja ir a mi hombre! *gruñí, totalmente fuera de mi... no estaba en mi naturaleza, hablar de ese modo y mucho menos a una mujer, pero ella sacaba lo peor de mi... una rabia tan visceral y primitiva que me hacía desear desaparecerla...* deja de medirme Vitanya... en el fondo, si sabes lo que soy, sabes que no eres rival para mi.. y si no lo sabes, lo mejor será que no intentes comprobarlo.. suelta a mi hombre y vuelve a irte de mi vida... no quiero tener que lamentar el que sigas estando viva...

Sonreí ladinamente, una mezcla de una sonrisa maldita y burlona y no le respondí por un momento mientras disfrutaba del aura peligrosa que emanaba de todo su ser, me giré completamente para mirar su ancha y bien proporcionada espalda y toda expresión se borró de mi rostro, mientras analizaba la situación y pensaba de una manera directa y comprensiva de decirle las cosas para que comprendiera
-Si, sé lo que eres... a diferencia de tí que tu no sabes lo que soy yo y de lo que realmente soy capaz... ¿Acaso no entiendes, Tebaldo? La niñita estúpida que conociste ya no existe, ¡Yo la mate!-lance una sonora carcajada, denotando así la locura que me carcomia desde hacia años-Yo disfruto viendo sufrir a la gente Tebaldo, disfruto de asesinarlas lenta y dolorosamente.... disfruto del dolor ajeno y no puedes evitarlo, ¡Desprecio la vida! ¿Al fin y al cabo qué es la vida? Gente estupida que solo la desperdicia sin tomar en cuenta lo valiosa que es esta... ¡Pero yo les demuestro lo contrario! Aquellos que no valoran su existencia... no merecen si quiera respirar el aire que yo respiro....Sé que eres peligroso, sé que puedes llegar a ser más peligroso que yo, por tu condición... pero hay algo aún más importante que nos hace diferentes: Tú posees sentimientos, ¡Eres debil! ¡No sabes seguir adelante cuando las cosas no te favorecen! No estas hecho para matar... en cambio yo, yo deje de tener sentimientos hace muchos años... yo puedo matar por el simple hecho de hacerlo, sin ningun motivo que me justifique... Yo no conozco limites y yo no aprecio la vida de los demás-sonreí y despues reí de nuevo, de forma infantil rayando en la locura-Sé que me vas a escuchar, porque te preocupa la vida de tu hombre y no deseas hacer daño a nadie, a diferencia de mí que puedo matarlo sin parpadear.... Y es una situación desafortunada el hecho de que tu hombre este en mi poder, ¿No crees?-rei burlonamente sin poder evitarlo, deleitandome de los gruñidos amenazantes que me lanzaba, de su aura cada vez más peligrosa-Así que, ¿Porque no tomas asiento y charlamos como gente decente? O como perra con un seudonimo de perro lo harian... como prefieras describirlo

*escuchaba cada una de sus palabras sintiéndome enfermo y descompuesto por ellas... me sentía miserable... quería odiarla, maldecirla y apartarla, pero ella lo sabía... yo no dejaría morir a nadie por escaparme de algo que despreciaba...*
-Termina rápido... no tengo toda la noche... *le dije haciendo gala de la calma adusta que me caracterizaba... si ella creía que podía contra mi autocontrol, realmente estaba muy equivocada... ella no tenía idea, realmente de cuan poco poder tenía sobre mi... solo era un movimiento... solo una desviación y podía olvidar todos y cada uno de los sentimientos que en algún sentido me hacian humano...* al parecer algo de esa niñita aún sobrevive.... aún hablas mucho y dices poco...

Reí sin poder evitarlo, la situación era para que uno se partiera de la risa... y si que lo era, me estaba divirtiendo como nunca... y a costa de aquel que concideraba mi rival y que toda mi vida me habia puesto como meta superar... y ya lo habia superado, pues no solo la mitad de sus seguidores me eran fieles a mi, si no que tambien ahora lo tenia comiendo de la palma de mi mano... yo tenia razon al decir que el era debil y que apreciaba la vida de sus camaradas a toda costa.
Tomé asiento en el suelo como si nada y despues me dedique a observarlo, ladeando mi cabeza levemente y denotando en mi rostro una expresion de inocente curiosidad... como una niña pequeña observando algo sumamente interesante e incomprensible, despues sonreí
-Dale... puede ser que tengas razón, pero yo no apostaría a por ello...¿Porqué no tomas asiento para poder charlar mejor? Me siento intimidada-dije lo ultimo con sorna

*resoplé incrédulo... Acaso realmente creía que podía psicopatearme con su jueguito cínico? acaso tenía alguna idea de la carta que se estaba jugando y con quien? Definitivamente lo único que conocía de mi, era lo que podía haber visto desde las sombras... en realidad no sabía nada... Me giré miroandola a los ojos tratando de canalizar todas mis emociones, de permanecer frio y estoico...*
-Estoy bien parado... y perdóname si dudo que algo sobre esta tierra pueda intimidarte, Vitanya... puedes simplemente decirme que quieres a cambio de mi hombre y desaparecer de mi vida nuevamente? Realmente estaba mucho mejor antes de que llegaras... prefiero... *presiono los puños intentando que nada se trasluzca sobre mis sentimientos* prefiero seguir pensando que estás muerta...

Me eche a reir sin poder evitarlo, pues Tebaldo era demasiado intuitivo como para poderlo engañar... además era demasiado perspicaz y ya se habia dado cuenta que yo no era tan facil de amedrantar como muchos pensarian, por el simple hecho de ser mujer "indefensa". Le dedique una sonrisa burlona antes de encogerme de hombros con total indiferencia.
-Como quieras...cansate si quieres-lo mire y despues suspire, entre resignada y divertida-Así que deseas que desaparesca de tu vida, ¿Cierto? Lamentablemente mis planes no son esos.... me verás muchas muchas veces durante mucho mucho tiempo-le sonreí inocentemente malevola-digo, si deseas ver a tu hombre de nuevo y sano y salvo...-me encogí de hombros y despues puse expresion seria-Te propongo un trato... una especie de alianza-le sonreí divertidamente mientras escuchaba lo que decia al ultimo entre dientes-Si así lo prefieres, puedes pensar que soy un fantasma que viene a joderte la existencia....pero tengo planes; planes que pienso llevar acabo-dije completamente seria

*suspiré cansado... Por qué diablos querría forjar una alianza con el único fantasma del pasado que necesitaba dejar atrás?*
-Eres demasiado tóxica como para comprender, Vitanya... necesito dejarte atrás... no pensar que eres un fantasma... realmente quiero que vuelvas a serlo... no puedo verte... no puedo aceptar en lo que te has convertido... no puedo pretender que no me duele o no me importa... *gruñí presionando mis puños con fuerza, por lo frustrante que resultaba todo aquello* no se qué necesitas de mi Vitanya... pero yo solo necesito de ti... tu ausencia... *me incorporé dándole la espalda y volviendo a retirarme...* adiós...

Le dedique una sonrisa socarrona mientras dejaba que el fuera el que hablara, sin interrumpirle. Recogí mis piernas y me las abraze con fuerza mientras le miraba con mis ojos brillando por la admiracion, fingiendo ponerle atencion a todo lo que decia como si realmente me importara y tomando la actitud de cria buena que hace todo lo que su profesor le dice y enseña.
-Vaya... eres sorprendente Señor Montesco-le dije con una sonrisa burlona-Mira que pocos como tu mantienen sus sentimientos tan puros tras la vida que has llevado... realmente admirable-me puse en pie y me sacudí la tierra de mi pantalón de cuero cuando vi que el daba la vuelta para marcharse-Bueno, entonces creo que ya no tenemos nada más que hablarnos y estas deseoso por desaparecer... solo una pregunta más-sonreí con total cinismo-¿Cómo quieres resivir a tu sirviente? ¿Entero o por partes pequeñas?-le pregunte con un tono totalmente malicioso, pero mis ojos no estaban mintiendo... hablaba totalmente enserio-O si no quieres discutir esos terminos conmigo, no importa... entonces será como a mi me plazca... Lo ultimo que sabrás de mí es cuando termine de entregarte las partes de tu sirviente para que armes el rompecabezas.. despues de eso es como si no hubiera existido-me di la media vuelta y voltee a verlo por encima del hombro-Buena suerte, Tebaldo Montesco-y sin decir ya nada más, comence a caminar con paso tranquilo y felino rumbo al lado opuesto para poder llegar hasta los arboles y transformarme allí.

*Corrí hacia ella, interponiéndome a su paso para detenerla... quisiera o no, tenía que agotar todas las posibilidades de que Lionato estuviera con vida...*
-Qué garantía tengo de que él sigue con vida, Vitanya? Me perdonarás si tengo sobradas razones para no confiar en ti... *le murmuro presionando los puños* te escucharé solo cuando pueda verlo... no antes... *le digo cerrando los ojos resignado, finalmente*

Sonreí llena de suficiencia cuando el corrió para detenerme. Ya sabía yo que no dejaria morir a su sirviente... Tebaldo tenía un corazon noble y puro; cosa que me daba total risa, tomando en cuenta el papel que desempeñaba en NeoVerona
Me encogí de hombros de forma indiferente y le mire retadoramente con mis ojos verdes destilando veneno
-Seré lo que tu quieras Tebaldo, pero al igual que tú, yo siempre digo la verdad... bueno, a veces... solo cuando la situación lo amerita-sonreí maliciosamente al decir esto y volv a encogerme de hombros-Si te digo que tu sirviente esta a salvo, es porque lo está tebaldo... si te digo que voy a matar a tu sirviente muy lentamente... es porque tambien lo voy a hacer.... Digamos que es un circulo totalmente vicioso.-Lo miré por unos momentos con mis ojos brillando burlonamente-Pero claro, comprendo que no confies en mí despues de lo sucedido... y para que veas que puedes empezar a hacerlo, pues yo soy leal para los que lo son conmigo; te llevaré a ver a tu sirviente.

*suspiré apretando los puños*
-Confio en tu lealtad tanto como en la palabra de Leartes... jamás te fui desleal y aún así te importó un bledo y me pagaste con la deslealtad más grande que se pueda imaginar... así que no me hables de lealtad... esa palabra te queda demasiado grande... *murmuro mientras me acomodo a su lado* llévame con mi hombre, pon tus pautas, tus condiciones, tenme en la palma de tu mano como quieres, pero no dejes que un inocente pague por una guerra que es solo nuestra... *le dije intentando contener mi caracter, estaba tan frustrado, tan humillado... pero principalmente tan dolido... Porque... parecía imposible que alguien fuera capaz de transformarse así... de olvidarse de su pasado y sus sentimientos... no sabía que estaba mal con ella ni que le había sucedido... pero de algo estaba completamente seguro... no la perdonaría jamás... quizás podríamos estar en tregua oportunamente... pero nunca nada sanaría la herida que ella había abierto y que ahora mismo solo recrudecía y se envenenaba con cada una de sus mordaces palabras*

Puse los ojos en blanco sin poder evitarlo y lo mire de forma penetrante con mis ojos dorados levemente oscuricidos por los matices verdes.
-Haz lo que quieras y piensa lo que más te complazca Tebaldo, sinceramente no tengo mucho tiempo para discutir tu sentimentalismo y romanticismo en estos momentos-ya me estaba hartando todas estas recliminaciones de su parte para conmigo, el no me conocía de nada; si pensaba que era lo bastante debil como para haber muerto es su problema y no el mío. El juego ya se estaba convirtiendo en una monotonía total, pues siempre era lo mismo: no podía pasar a otro punto, tenía que estar siempre estancado y con la vista en el pasado. ¿Porque los humanos eran así? Todos tenían el poder de aburrirme al grado de hacerme llorar.... sus sentimientos son demasiado simples... demasiado predecibles y estaba harta de toda aquella estupida farsa. No le estaba pidiendo que me amara, si no que aceptara tregua conmigo pues si habia una persona a la que le tenía un minimo respeto ese era Tebaldo y era con el ultimo al que deseaba enfrentarme, pues no lo quería de enemigo no porque no pudiera contra el, si no porque sencillamente no quería verme en esa clase de lío, pero si seguía con sus reclamos estupidos bien me podría llenar de coraje la cabeza y mandarlo a freir esparragos, fueran cuales fueran las consecuencias que eso me contrajera-¿Quieres ver a tu hombre? Sigueme-y sin esperar respuesta por su parte comence a caminar con paso rapido y un tanto feroz atraves del espejo follaje. Era por eso que amaba ser un lobo... al menos los animales eran mejores compañias y no te echaban en cara tus acciones del pasado, en cambio los humanos eran tan estupidos y predecibles que preferia mantener el menor contacto con ellos posible.

*la seguí con el paso quedo... intentando dispersar todas las emociones negativas que me estaba generando...*
-La verdad duele, pero no ofende a nadie, Vitanya...
*fue lo único que le dije en respuesta a sus gestos de evidente irritación y sus palabras pretendidamente hirientes... Todo en mi cabeza se volvía más confuso y contradictorio a cada momento... el dolor y la culpa habían desaparecido... pero estaban siendo suplantados por otros nuevos... Y si realmente le había fallado? Si realmente se había ido de mi vida y no había regresado por mi culpa... Acaso era mi responsabilidad que se hubiera convertido en esto...? Cómo me lo iba a perdonar si fuera así...*
-Vitanya... *le musité haciéndola detenerse frente a una especie de guarida... no quise renunciar a ti... nunca...
*le dije en voz baja, esperando que nuevamente me llamara sentimentalista o ridículo... pero qué importaba eso... eran precisamente esos sentimientos los que me mantenían humano... los que evitaban que la bestia sangrienta se desatara y le hiciera daño... a ella... o a cualquier otro....*